sábado, 16 de abril de 2011

Morning Glory o de como nunca es tarde para cambiar, por aquello que vale la pena.

Cartel de  (Morning Glory)


Justamente porque descreo de las críticas me decidí a ver esta película. 
Y fue así que descubrí un cálido film, bien actuado y con un mensaje alentador.
La historia, situada en New York, de por sí, nos permite recorrer junto con los protagonistas sus características calles y ver con añoranza esos interminables edificios (reconozco que esto es muy subjetivo y tiene que ver con un reciente viaje que tuve la suerte de poder hacer a esa fantástica ciudad).
La historia se centra en una joven productora que, a pesar de trabajar denodadamente en un programa de noticias pequeño, es despedida -por cambios estructurales- de la emisora local donde trabaja. 
Sin embargo y más allá del shock inicial, no baja los brazos y de tantos currículums que envía uno logra su objetivo. 
Sin salir de su asombro es contratada por el jefe de una emisora de la gran ciudad (Jeff Goldblum) para un programa legendario de las mañanas, pero venido a menos.
Sus conductores transcurren sus días, sin entusiasmo y el programa se mantiene con un presupuesto paupérrimo. 
Pero la habilidad de Becky ( Rachel MacAdams), así se llama nuestra heroína y decisiones que llaman la atención de todos (entre ellas despedir al incongruente conductor del programa) la ponen en una situación tal de revivir el programa o hundirlo para siempre.
En función de lo primero contrata a un reconocido periodista de la emisora, Mike Pomeroy (Harrison Ford) malhumorado y solitario, que continua en la misma, sólo por un contrato que le da dividiendos.
Justamente por no perder los mismos, acepta unirse al "DayBreak" (el programa en cuestión) pero, lejos de colaborar, con su actitud alejada de la dinámica del espectáculo, ayuda a su próximo cierre.
Rachel deberá entonces apelar a su ingenio, para remontar ese negro panorama, al mismo tiempo que intenta llevar adelante uno de los pocos romances potables de su vida, con un joven y atractivo productor de la emisora (Patrick Wilson).
Utilizando los recursos de la televisión actual, comprometerá en las situaciones más inverosímiles tanto a la veterana conductora del programa, Colleen Peck (la impecable Diane Keaton) quien se entusiasma con la propuesta, como a su simpático y arriesgado (a la fuerza) comentarista del clima.
Sin embargo será Mike quien, demostrando que todavía una noticia seria y tratada en el momento justo eleva los ratings, el artífice real de la salvación de DayBreak.
Lo alentador del film se refleja principalmente en su final, que nos permite confirmar que todos necesitamos encontrar, más allá de las diferencias, aquella persona que nos demuestre que la vida siempre vale la pena y en que medida conviene establecer nuestras prioridades en ella.


La conclusión es, que los cambios siempre son posibles -no importa la edad- en la medida de que haya alguien o algo por lo que realmente valga la pena cambiar.




1 comentario:

  1. El enlace relativo a esta película, me pareció -a pesar de ser una crítica- muy interesante.

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