martes, 26 de abril de 2011

"Un cuento chino"... una película para confirmar que todo en la vida tiene una razón de ser.

Sin lugar a dudas el cine argentino tiene, cada vez más, películas con guiones que son verdaderas joyitas!
Este es el caso de "Un cuento chino", una historia sencilla -para nada rimbombante- pero que cierra perfectamente gracias, también, a la magnífica interpretación de sus actores.
Basada, según nos cuenta su creador -Sebastián Borensztein-, en una historia real, la acción inicia con una situación dramática y por demás inverosímil: debido a una vaca que cae del cielo, el amor y futuro casamiento de una pareja china (que vive en aquel país) se ve truncado drásticamente.
Ya en nuestro país y a posteriori, conoceremos a un ferretero solitario, esquemático y bastante malhumorado -Roberto (Ricardo Darín)- que sin desearlo se ve involucrado en la vida de aquel joven chino, Jun (Ignacio Huang) que sobrevivió a la trágica historia de amor.
Sus vidas se entrelazarán -por un breve tiempo- de un modo tan especial, que ambos modificarán su actitud ante la vida y se ayudarán mutuamente. 
Franqueando la barrera del idioma y usando como nexo un curioso pasatiempo de Roberto, descubrirán que sus vidas se han conectado por algún motivo y con un trasfondo por demás religioso y filosófico, ambos se darán cuenta de que nada es tan arbitrario como parece y que todo tiene una razón de ser.
Y es así que, paradojicamente en el final, otra vaca intervendrá -esta vez- en la concreción del amor del protagonista local y su paciente y dulce enamorada (Muriel Santa Ana), probablemente como para equilibrar la balanza de la vida.


Cómica, agridulce y muy nuestra, resulta esta película que sin lugar a dudas merece ser vista, por todo aquel que disfrute del buen cine. 

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